11/09/2006

MEMORISEX


AL CHANCHO

Para Ámame con asco que ya no nos queda cuerpo tomo la figura del chancho que se impone como elemento erótico.

La cabeza del animal muerto se nos muestra tan rosada y tan carne como mis fragmentos corpóreos que se definen en el juego; el memorice sexual. El chancho, es mi par en el memorisex.

La figura porcina se revela como vehículo para hacer un close up a lo erótico (impulso de vida) aparentemente distante del mundo de lo tanático.

El memorisex se instala junto a una TV encendida con la barra de colores que anunciaba en mi infancia el comienzo de las transmisiones. Jugando recuerdo la ansiedad por que empezaran los monitos animados.

Esta ansiedad infantil frente a la “espera” se acentuará en el deseo por ser pronto una MUJER GRANDE.

De tanto memorisex recuerdo un poema:

Historia de histeria y el dolor de las ganas


de los dos a las cinco me creía Greta Garbo

a los seis ya era Raffaella Carra

y hacía el repertorio entero

a los nueve

me gustaba bañarme en el mar

con mi bikini amartillo.

Dos años después

un tipo de veintitantos

me tenía ganas

y hablaba de amor

me dolían

dos botones

duros

preámbulos de pechugas

ya era mujer

me iba a buscar

mi mamá lo corrió

era muy grande

para mi

Esta imagen se funde y confunde con mi “living” actual. Objetos de mi casa a otro espacio onírico, luego consciente e inconsciente los instalo en esta galería (CAVS, octubre 2006)